En los primeros años
de vida los niños dominan los rudimentos de la lengua materna. Esta
consecución parece requerir pocos esfuerzos conscientes y se produce en una
amplia variedad de contextos.
A los 3 años de
edad la mayoría de los niños ya han adquirido un léxico amplio y variado.
Encadenan palabras para formar expresiones, participan correctamente en
conversaciones y hacen chistes sencillos. Empiezan a hablar de objetos y
sucesos que no están en un contexto inmediato.
Cuando los niños
alcanzan la etapa escolar, en torno a los 5 años, han adquirido un dominio
del lenguaje relativamente sofisticado que ha llevado a creer que el lenguaje
está completo. Sin embargo, aún quedan tareas importantes y desarrollos que son
tan importantes como los primeros: conciencia metalingüística, discurso
ampliado, mayor pericia en los aspectos fonológicos, semánticos, sintácticos y
pragmáticos del lenguaje.
El desarrollo
semántico, el vocabulario sigue creciendo durante los años escolares
a un ritmo de aproximadamente 3.000 palabras cada año. La estimulación de los
padres sigue siendo un factor importante, donde son importantes predictores la
densidad y el contexto de palabras raras o sofisticadas, como vehículo,
colesterol...Una parte importante del número de palabras nuevas proviene de la
lectura, cuestión que ilustra la importancia de la alfabetización, así como la
forma en que esta interactúa con el desarrollo continuo del lenguaje.
El desarrollo léxico también está
relacionado con el conocimiento de palabras. Los niños que saben más sobre una
amplia gama de temas adquieren nuevas palabras con más facilidad. Con la
adquisición de palabras también aumentan la amplitud y profundización del
conocimiento semántico. Y la incorporación de nuevas palabras al léxico también
queda facilitada por la presencia de un léxico que ya es rico en sí.
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