Los trastornos que pueden presentarse en la comunicación y en el lenguaje:
1. Retraso Simple del Lenguaje (RSL)
Se caracteriza porque la adquisición del lenguaje se realiza con cierto desfase cronológico, que puede ser variable, respecto a los procesos de adquisición normalizados o típicos. Es decir, un niño con RSL pasa por los mismos hitos y etapas que los niños que siguen un proceso de adquisición normalizado, la diferencia es que las adquisiciones se realizan de manera más tardía, van a necesitar más tiempo.
El patrón que caracteriza el proceso es el siguiente:
a) Las primeras adquisiciones se producen de forma tardía
c) Remisión de las dificultades hacia los 7 u 8 años.
En el RSL las dificultades se van a manifestar sobre todo en el nivel expresivo, y el desfase cronológico suele ser homogéneo en diferentes aspectos del lenguaje (fonología, semántica y pragmática)
Tabla 1. Algunas características del lenguaje en el RSL
Los niños con RSL suelen responder muy bien a la intervención especializada.
2. Trastorno Fonológico
Se define como la dificultad para articular uno o más sonidos, tanto de forma aislada como en palabras. Ante esta dificultad el niño pone en marcha distintos procesos fonológicos que consisten en la omisión, distorsión o sustitución del fonema.
Las dificultades articulatorias no han de considerarse hasta la edad en la que, al menos, el 90% de los niños articula de forma correcta esos fonemas.
El Trastorno Fonológico puede manifestarse en distintos subtipos (Dobb, 1995):
1) Trastorno articulatorio (también denominado Dislalia o Trastorno fonético).
Incapacidad para pronunciar algunos fonemas (que comparten determinados rasgos fonológicos) en una prueba de repetición de sílabas.
Aunque es incapaz de articularlos puede discriminarlos y reconocerlos, y los diferencia claramente de aquellos por los que los sustituye.
Los procesos fonológicos que utiliza el niño se observan de forma constante cuando aparecen estos fonemas.
2) Retraso fonológico (denominado también inmadurez articulatoria y Retraso de habla)
El niño adquiere los procesos fonológicos siguiendo las pautas típicas, pero con un desfase cronológico.
Suele considerarse que el desfase de doce meses constituye el punto crítico para establecer la existencia de retraso.
3) Trastorno desviante-consistente
Se caracteriza porque los procesos fonológicos están muy retrasados, con desfases cronológicos superiores a los doce meses, y son muy diferentes a los que aparecen en el desarrollo típico (por ej., procesos de sustitución de consonantes laterales por vibrantes “lata” por rata).
Estas alteraciones se observan de forma consistente en diferentes situaciones y contextos de habla.
4) Trastorno inconsistente.
Se caracteriza por la existencia de procesos fonológicos desviantes y por la inconsistencia de la articulación.
En los niños que presentan este trastorno se observa una enorme variabilidad en la manera de articular los mismos sonidos en el mismo periodo temporal.
En las pruebas se evalúa si una misma palabra se pronuncia de la misma manera (correcta o incorrectamente) o no.
El conocimiento del subtipo de Trastorno fonológico que puede presentar un niño es un aspecto fundamental para poder establecer el riesgo que tiene de presentar dificultades en el aprendizaje de la lecto-escritura (Cervera y Ygual, 2001). En este sentido los chicos en los que se observan procesos fonológicos desviantes tienen un mayor riesgo de presentar dificultades que aquellos en los que se observan procesos fonológicos se caracterizan por el retraso.
3. Trastorno Específico del Lenguaje (TEL)
El TEL es un trastorno del desarrollo del lenguaje oral que afecta tanto a la comprensión como a la producción pero que puede manifestarse de manera muy variable.
Las formas más graves se observan en los niños que presentan severas dificultades para entender y responder a las emisiones orales de los demás, las formas menos graves se presentan en aquellos otros cuyo lenguaje se caracteriza por leves alteraciones. Entre estos dos extremos se dan un continuo de posibles manifestaciones.
Se da una falta de consenso respecto a la denominación de este trastorno (Disfasia, Trastorno expresivo del lenguaje, Trastorno mixto..., siendo TEL la más frecuente. Esta situación está estrechamente relacionada con la falta de una definición del trastorno consensuada.
Monfort y Juárez (2007) explican la falta de consenso y disparidad de criterios por los numerosos enfoques que se adoptan. Estos autores distinguen tres enfoques que no son independientes sino complementarios:
1) Definición por exclusión
El fracaso del desarrollo normal del lenguaje no se explica en términos de deficiencia mental o física, de deficiencia auditiva, de trastorno emocional ni de privación ambiental.
Esta definición no tiene en cuenta las alteraciones lingüísticas propias de este trastorno, dificultándose el establecimiento de límites claros entre las distintas alteraciones del lenguaje.
2) Definición por la evolución
Se manifiesta con bastante estabilidad en el tiempo y con una evolución lenta, a pesar de que haya existido una intervención adecuada.
3) Definición por la especificidad
Se basa en el análisis de las alteraciones que caracterizan al TEL. El lenguaje oral aparece más tarde y se observan alteraciones que nunca están presentes en el desarrollo típico del lenguaje y que afectan tanto al nivel receptivo como al expresivo.
Tabla 2. Algunas características del TEL
Los niños que tienen un TEL suelen presentar además problemas de relación con sus iguales y tendencia al aislamiento debido a los problemas que tienen de comunicarse mediante el lenguaje oral. Estas dificultades a su vez repercuten de forma negativa en los aprendizajes escolares, especialmente en la lectoescritura (Snowling y cols., 2005). Todo ello va a provocar sentimientos de fracaso y valoraciones muy negativas de sí mismos.
Tabla 3. Alteraciones en el desarrollo de los niños con TEL (Adaptado de Morfot y Juárez, 2007)
No existe un consenso sobre el déficit básico que dan lugar a las dificultades lingüísticas de un niño con TEL, unos sostienen que se trata de alteraciones en la percepción auditiva y en el procesamiento temporal, otros consideran que el déficit básico es cognitivo y no perceptivo; y Gathercole y Baddeley (1990) proponen que el déficit básico reside en una alteración de la memoria fonológica inmediata.
En los últimos años están apareciendo modelos más complejos, de corte conexionista, que proponen la existencia de déficits lingüísticos múltiples que pueden interactuar a diferentes niveles (Westermann y Miranda, 2004)
1. Afasia Infantil
Constituye un trastorno del lenguaje que se define por la pérdida total o parcial, pero de forma brusca, del lenguaje oral ya adquirido.
La pérdida tiene que producirse entre los 3 años y medio y la pubertad, como consecuencia de lesiones en el Sistema Nervioso Central en aquellas áreas que se encargan del procesamiento del lenguaje en su vertiente receptiva y/o expresiva.
Las causas pueden ser muy variadas (problemas vasculares, traumatismos, tumores, infecciones...)
La afasia sólo puede ser adquirida ya que no podemos perder algo que aún no hemos adquirido. Este trastorno se puede producir una vez que se han realizado adquisiciones lingüísticas, de ahí que sólo se pueda diagnosticar a partir de los tres años y seis meses.
La afasia infantil tiene un pronóstico mucho más favorable que la del adulto, debido a la mayor plasticidad del cerebro infantil. De hecho, el hemisferio contrario al lesionado puede llegar a asumir sus funiones.
2. Disartrias
Es un trastorno de la articulación causado por alteraciones en el tono y en movimiento de los músculos implicados en la producción del habla debido a lesiones en el Sistema Nervioso Central (parálisis cerebral, tumoraciones, lesiones neurológicas...)
Se caracteriza por dificultades para realizar los movimientos articulatorios, que son lentos y complejos y para coordinar movimientos que son necesarios para el habla.
Produce los siguientes síntomas:
3. Disglosias
Es un trastorno de la articulación producido por alteraciones anatómicas y/o fisiológicas en órganos periféricos implicados en la articulación del habla.
Se producen omisiones, distorsiones y sustituciones de los fonemas en cuya articulación intervienen los órganos afectados, y en función de en qué órgano o estructura esté localizada la lesión se distinguen distintos tipos de disglosias:
La tartamudez es un trastorno de la fluidez verbal en el que interactúan diferentes aspectos:
§ los movimientos corporales y los tics que se utilizan para “desbloquearse”
§ una elevada tensión muscular en la zona del cuello y los hombros
§ de conductas ansiosas, de miedo a hablar...
La Disfemia o Tartamudez se inicia en la infancia coincidiendo, generalmente, con la aparición de las primeras emisiones en las que el niño combina más de una palabra.
Muchos niños con un desarrollo típico pueden manifestar algunos de los síntomas característicos de este trastorno entre los dos y los cuatro años, pero aproximadamente en el 50% de ellos esas dificultades en la fluidez desaparecen en poco tiempo, aproximadamente entre un año y año y medio después de haberse producido los primeros síntomas. En esos casos se trata de una falta de fluidez que es normal en un periodo en el que se realizan numerosas adquisiciones lingüísticas, por ello se la denomina tartamudez evolutiva.
Cuando los síntomas persisten más de dos años desde sus primeras manifestaciones y esas dificultades en la fluidez se asocian con otros problemas -conductas de evitación o escape, actitudes negativas hacia la comunicación- afectando al desarrollo socio-emocional y a los aprendizajes escolares (Sangorrín, 2005).
Bloodstein y Bernstein-Ratner (2007) señalan que el criterio para considerar que esos problemas en la fluidez tienen una significación clínica es el de la repetición de más de diez sonidos, sílabas o palabras de cada cien palabras emitidas.
Referencia bibliográfica
Brioso, A. (2012). Alteraciones del desarrollo y discapacidad. Madrid: Sanz y Torres.
- · Son numerosos y muy variados: pueden afectar a todos los componentes del lenguaje en sus vertientes de comprensión y producción (Trastorno Específico del Lenguaje, TEL) o simplemente a la articulación de un fonema concreto
- · Su etiología es diversa y en muchos casos desconocida
- · Las repercusiones en otras áreas son muy diferentes
Trastornos primarios
Son trastornos que afectan al desarrollo del lenguaje oral pero que no se derivan de la presencia de discapacidad intelectual, sensorial, motórica o de algún trastorno del espectro autista, ni de privaciones afectivas o sociales.1. Retraso Simple del Lenguaje (RSL)
Se caracteriza porque la adquisición del lenguaje se realiza con cierto desfase cronológico, que puede ser variable, respecto a los procesos de adquisición normalizados o típicos. Es decir, un niño con RSL pasa por los mismos hitos y etapas que los niños que siguen un proceso de adquisición normalizado, la diferencia es que las adquisiciones se realizan de manera más tardía, van a necesitar más tiempo.
El patrón que caracteriza el proceso es el siguiente:
a) Las primeras adquisiciones se producen de forma tardía
- Emisión de palabras aisladas a partir de los 16 meses
- Construcción de emisiones de dos palabras a partir de los 24 meses
c) Remisión de las dificultades hacia los 7 u 8 años.
En el RSL las dificultades se van a manifestar sobre todo en el nivel expresivo, y el desfase cronológico suele ser homogéneo en diferentes aspectos del lenguaje (fonología, semántica y pragmática)
Tabla 1. Algunas características del lenguaje en el RSL
Alteraciones fonológicas
|
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Alteraciones semánticas
|
|
Alteraciones morfosintácticas
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|
Alteraciones pragmáticas |
|
Los niños con RSL suelen responder muy bien a la intervención especializada.
2. Trastorno Fonológico
Se define como la dificultad para articular uno o más sonidos, tanto de forma aislada como en palabras. Ante esta dificultad el niño pone en marcha distintos procesos fonológicos que consisten en la omisión, distorsión o sustitución del fonema.
Las dificultades articulatorias no han de considerarse hasta la edad en la que, al menos, el 90% de los niños articula de forma correcta esos fonemas.
El Trastorno Fonológico puede manifestarse en distintos subtipos (Dobb, 1995):
1) Trastorno articulatorio (también denominado Dislalia o Trastorno fonético).
Incapacidad para pronunciar algunos fonemas (que comparten determinados rasgos fonológicos) en una prueba de repetición de sílabas.
Aunque es incapaz de articularlos puede discriminarlos y reconocerlos, y los diferencia claramente de aquellos por los que los sustituye.
Los procesos fonológicos que utiliza el niño se observan de forma constante cuando aparecen estos fonemas.
2) Retraso fonológico (denominado también inmadurez articulatoria y Retraso de habla)
El niño adquiere los procesos fonológicos siguiendo las pautas típicas, pero con un desfase cronológico.
Suele considerarse que el desfase de doce meses constituye el punto crítico para establecer la existencia de retraso.
3) Trastorno desviante-consistente
Se caracteriza porque los procesos fonológicos están muy retrasados, con desfases cronológicos superiores a los doce meses, y son muy diferentes a los que aparecen en el desarrollo típico (por ej., procesos de sustitución de consonantes laterales por vibrantes “lata” por rata).
Estas alteraciones se observan de forma consistente en diferentes situaciones y contextos de habla.
4) Trastorno inconsistente.
Se caracteriza por la existencia de procesos fonológicos desviantes y por la inconsistencia de la articulación.
En los niños que presentan este trastorno se observa una enorme variabilidad en la manera de articular los mismos sonidos en el mismo periodo temporal.
En las pruebas se evalúa si una misma palabra se pronuncia de la misma manera (correcta o incorrectamente) o no.
El conocimiento del subtipo de Trastorno fonológico que puede presentar un niño es un aspecto fundamental para poder establecer el riesgo que tiene de presentar dificultades en el aprendizaje de la lecto-escritura (Cervera y Ygual, 2001). En este sentido los chicos en los que se observan procesos fonológicos desviantes tienen un mayor riesgo de presentar dificultades que aquellos en los que se observan procesos fonológicos se caracterizan por el retraso.
3. Trastorno Específico del Lenguaje (TEL)
El TEL es un trastorno del desarrollo del lenguaje oral que afecta tanto a la comprensión como a la producción pero que puede manifestarse de manera muy variable.
Las formas más graves se observan en los niños que presentan severas dificultades para entender y responder a las emisiones orales de los demás, las formas menos graves se presentan en aquellos otros cuyo lenguaje se caracteriza por leves alteraciones. Entre estos dos extremos se dan un continuo de posibles manifestaciones.
Se da una falta de consenso respecto a la denominación de este trastorno (Disfasia, Trastorno expresivo del lenguaje, Trastorno mixto..., siendo TEL la más frecuente. Esta situación está estrechamente relacionada con la falta de una definición del trastorno consensuada.
Monfort y Juárez (2007) explican la falta de consenso y disparidad de criterios por los numerosos enfoques que se adoptan. Estos autores distinguen tres enfoques que no son independientes sino complementarios:
1) Definición por exclusión
El fracaso del desarrollo normal del lenguaje no se explica en términos de deficiencia mental o física, de deficiencia auditiva, de trastorno emocional ni de privación ambiental.
Esta definición no tiene en cuenta las alteraciones lingüísticas propias de este trastorno, dificultándose el establecimiento de límites claros entre las distintas alteraciones del lenguaje.
2) Definición por la evolución
Se manifiesta con bastante estabilidad en el tiempo y con una evolución lenta, a pesar de que haya existido una intervención adecuada.
3) Definición por la especificidad
Se basa en el análisis de las alteraciones que caracterizan al TEL. El lenguaje oral aparece más tarde y se observan alteraciones que nunca están presentes en el desarrollo típico del lenguaje y que afectan tanto al nivel receptivo como al expresivo.
Tabla 2. Algunas características del TEL
Alteraciones fonológicas |
|
Alteraciones semánticas |
|
Alteraciones morfosintácticas |
|
Alteraciones pragmáticas |
|
Los niños que tienen un TEL suelen presentar además problemas de relación con sus iguales y tendencia al aislamiento debido a los problemas que tienen de comunicarse mediante el lenguaje oral. Estas dificultades a su vez repercuten de forma negativa en los aprendizajes escolares, especialmente en la lectoescritura (Snowling y cols., 2005). Todo ello va a provocar sentimientos de fracaso y valoraciones muy negativas de sí mismos.
Tabla 3. Alteraciones en el desarrollo de los niños con TEL (Adaptado de Morfot y Juárez, 2007)
Aspectos cognitivos |
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Aspectos perceptivos |
|
Aspectos psicomotores |
|
Aspectos conductuales | Alteración de la capacidad de atención, hiperactividad Alteración de las relaciones afectivas y del control de las emociones |
No existe un consenso sobre el déficit básico que dan lugar a las dificultades lingüísticas de un niño con TEL, unos sostienen que se trata de alteraciones en la percepción auditiva y en el procesamiento temporal, otros consideran que el déficit básico es cognitivo y no perceptivo; y Gathercole y Baddeley (1990) proponen que el déficit básico reside en una alteración de la memoria fonológica inmediata.
En los últimos años están apareciendo modelos más complejos, de corte conexionista, que proponen la existencia de déficits lingüísticos múltiples que pueden interactuar a diferentes niveles (Westermann y Miranda, 2004)
Trastornos secundarios
Se trata de trastornos que se derivan o se asocian a diferentes alteraciones de tipo orgánico1. Afasia Infantil
Constituye un trastorno del lenguaje que se define por la pérdida total o parcial, pero de forma brusca, del lenguaje oral ya adquirido.
La pérdida tiene que producirse entre los 3 años y medio y la pubertad, como consecuencia de lesiones en el Sistema Nervioso Central en aquellas áreas que se encargan del procesamiento del lenguaje en su vertiente receptiva y/o expresiva.
Las causas pueden ser muy variadas (problemas vasculares, traumatismos, tumores, infecciones...)
La afasia sólo puede ser adquirida ya que no podemos perder algo que aún no hemos adquirido. Este trastorno se puede producir una vez que se han realizado adquisiciones lingüísticas, de ahí que sólo se pueda diagnosticar a partir de los tres años y seis meses.
Alteraciones más frecuentes en Afasias de predominio motor
| Mutismo:
|
Alteraciones más frecuentes en Afasias de predominio sensorial |
Parafasias: Cambios en fonemas o sílabas sin estar causado por problemas para articularlos Jergafasia: Sobreabundancia de emisiones lingüísticas que resultan casi incomprensibles y que se emiten sin intencionalidad. |
La afasia infantil tiene un pronóstico mucho más favorable que la del adulto, debido a la mayor plasticidad del cerebro infantil. De hecho, el hemisferio contrario al lesionado puede llegar a asumir sus funiones.
2. Disartrias
Es un trastorno de la articulación causado por alteraciones en el tono y en movimiento de los músculos implicados en la producción del habla debido a lesiones en el Sistema Nervioso Central (parálisis cerebral, tumoraciones, lesiones neurológicas...)
Se caracteriza por dificultades para realizar los movimientos articulatorios, que son lentos y complejos y para coordinar movimientos que son necesarios para el habla.
Produce los siguientes síntomas:
- Sustitución: se suple un fonema que resulta complicado de articular por otro más fácil (/r/ por /d/; /k/ por /t/)
- Omisión: se omite el fonema que resulta complicado (“atón” por ratón) o la sílaba donde se encuentra (“ton” por ratón)
- Inserción: se introduce un sonido para facilitar la articulación que resulta complicada (“palato2 por plato)
- Distorsión: se realiza una articulación aproximada a la correcta (“dddatón” por ratón).
3. Disglosias
Es un trastorno de la articulación producido por alteraciones anatómicas y/o fisiológicas en órganos periféricos implicados en la articulación del habla.
Se producen omisiones, distorsiones y sustituciones de los fonemas en cuya articulación intervienen los órganos afectados, y en función de en qué órgano o estructura esté localizada la lesión se distinguen distintos tipos de disglosias:
- Labiales: labio leporino, parálisis facial
- Maxilares: malformación, mala oclusión
- Palatinas: fisura palatina, malformaciones
- Linguales: frenillo, malformaciones
Otros trastornos del lenguaje
1. Tartamudez o DisfemiaLa tartamudez es un trastorno de la fluidez verbal en el que interactúan diferentes aspectos:
- Falta de coordinación entre la respiración y la fonación
- Problemas de planificación motora
- Variables cognitivas como las expectativas que se tengan acerca de la tartamudez
- Se manifiesta en síntomas lingüísticos como:
- Repeticiones de sonidos o sílabas
- Prolongaciones de los sonidos
- Pausas en medio de las palabras
- Bloqueos en el momento de iniciar la emisión
- Muletillas (“vale”) o rellenos (“mmm”)
- Alteraciones en la prosodia
- Errores en la estructuración del discurso.
§ los movimientos corporales y los tics que se utilizan para “desbloquearse”
§ una elevada tensión muscular en la zona del cuello y los hombros
§ de conductas ansiosas, de miedo a hablar...
La Disfemia o Tartamudez se inicia en la infancia coincidiendo, generalmente, con la aparición de las primeras emisiones en las que el niño combina más de una palabra.
Muchos niños con un desarrollo típico pueden manifestar algunos de los síntomas característicos de este trastorno entre los dos y los cuatro años, pero aproximadamente en el 50% de ellos esas dificultades en la fluidez desaparecen en poco tiempo, aproximadamente entre un año y año y medio después de haberse producido los primeros síntomas. En esos casos se trata de una falta de fluidez que es normal en un periodo en el que se realizan numerosas adquisiciones lingüísticas, por ello se la denomina tartamudez evolutiva.
Cuando los síntomas persisten más de dos años desde sus primeras manifestaciones y esas dificultades en la fluidez se asocian con otros problemas -conductas de evitación o escape, actitudes negativas hacia la comunicación- afectando al desarrollo socio-emocional y a los aprendizajes escolares (Sangorrín, 2005).
Bloodstein y Bernstein-Ratner (2007) señalan que el criterio para considerar que esos problemas en la fluidez tienen una significación clínica es el de la repetición de más de diez sonidos, sílabas o palabras de cada cien palabras emitidas.
Referencia bibliográfica
Brioso, A. (2012). Alteraciones del desarrollo y discapacidad. Madrid: Sanz y Torres.
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