TERAPIA DE PAREJA COGNITIVO CONDUCTUAL: EVALUACIÓN
La terapia cognitivo conductual parte del análisis funcional de las conductas
problemáticas. Se trata de, considerando el motivo de consulta, determinar
las conductas problema para establecer el programa de tratamiento.
La evaluación tiene como objetivo descubrir cuales son las áreas de conflicto y la forma en que estos se
dan, detectando las conductas, las cogniciones y las emociones envueltas.
En el Centro Beatriz nuestro punto de partida es determinar cuál es el punto de partida en la calidad
de la relación cuando acude a consulta, para lo cual solemos utilizar los
cuestionarios de propósito general:
·
La Escala de Ajuste Marital (Locke y Wallace,
1959)
·
La Escala de Ajuste Diádico (Spanier, 1976).
Son escalas que distinguen entre parejas conflictivas
o no y sirven para poder ir evaluando el progreso en la terapia
Posteriormente la evaluación puede
continuar con una visión general del problema que trae a la pareja a la consulta
para lo que la psicóloga se plantea una serie de preguntas de tipo general:
·
¿Cómo está de afectada la pareja?
·
¿Cuáles son los elementos que los dividen?
·
¿Cómo se manifiestan estos elementos en la
relación?
·
¿Cuál es el compromiso de la pareja con la
relación?
·
¿Cuáles son las fortalezas que hacen que se
mantengan juntos?
·
¿Cómo les puede ayudar el tratamiento?
Siguiendo las indicaciones de Birchler,
Doumas y Fals-Stewart (1999) las áreas que consideramos para evaluar los
problemas conyugales durante la evaluación son las siguientes:
a) Carácter. Hay que detectar si existe alguna psicopatología en los miembros individuales y ver si hay que
tratarla y si se hace por medio de la terapia de pareja o individualmente. Contexto cultural y social. Incluyendo los
aspectos religiosos, étnicos y de las familias de origen, que puedan originar
problemas dentro de la pareja.
b) Contrato, incluyendo las expectativas implícitas que
tienen los cónyuges sobre la relación y que pueden ser inalcanzables o
disfuncionales.
c) Compromiso
d) Cuidado. Sobre todo, el intercambio de conductas
positivas.
e) Comunicación
para detectar alguno de los problemas o falta de habilidades que se han
mencionado.
f) Capacidad para resolver problemas, teniendo en cuenta las
relaciones de poder y dominancia que se han establecido en la pareja.
g) La pasión. En la pasión hay que incluir la conducta sexual,
no solamente si hay problemas, sino si es frecuente y variada, se pueden
utilizar alguno de los cuestionarios sobre conducta sexual existentes (Cáceres,
1996)
h) El apego. La evaluación de las conductas de apego incluye
las aprendidas en la familia de origen y las expectativas que tienen respecto a
la pareja, hay que evaluar de forma general el interés que tienen en mantener
las relaciones con los padres y el afecto que se sienten por ellos, la búsqueda
de ayuda en situaciones estresantes y la satisfacción que se encuentra en el
auxilio obtenido.
i) La intimidad.
Con estos elementos de evaluación y partiendo siempre
de las peticiones concretas de los pacientes, se da una explicación de donde
está el problema y cuál puede ser el camino hacia la solución. Hay que tener en
cuenta que la devolución de una evaluación es de alguna manera una intervención
puesto que se actúa sobre las expectativas de solución y de continuidad de la
relación, y se pueden afianzar atribuciones que dificulten la intervención
posterior.
Centro de
Psicología María Jesús Suárez Duque
C/ Tunte,6
Vecindario (Frente al Centro Comercial Atlántico, a la derecha de la oficina de
correos)
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630723090
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