TERAPIA DE PAREJA COGNITIVO CONDUCTUAL
Una vez finalizada la evaluación inicial y definido
los problemas existentes y las conductas envueltas en ellos, se establece el
programa de tratamiento seleccionando las técnicas específicas que permiten el
cambio.
Estrategias generales que se siguen dependiendo de los
objetivos:
Para conseguir este objetivo:
a) Se enseñan los fundamentos de la modificación de
conducta, aprendiendo como una conducta responde a sus
consecuencias, como extinguir y fomentar conductas... (Costa y Serrat, 1982)
b) Se utilizan y enseñan técnicas para realizar
contratos, los cuales tienen que ser libres, sin imposiciones
por ninguna parte, utilizando términos claros y explícitos, sin margen a las
interpretaciones, que contengan ventajas para ambos. Hay que tener en cuenta
que las conductas incluidas en el contrato tienen que estar ya incorporadas en
el repertorio comportamental del que tiene que hacerlas (Costa y Serrat, 1982).
c) Se emplean una serie de técnicas y juegos que propician el
intercambio de conductas positivas, entre ellas se citan:
·
Pillar a su pareja haciendo algo agradable, y
hacérselo saber
·
Tener una lista con deseos que el otro puede ir
haciendo
·
Observar la conducta agradable de la pareja para
evitar la atención selectiva
·
Recordar los lugares, fechas, canciones...que
han sido símbolos de las cosas que han unido a la pareja
Se plantea un tratamiento escalonado y adaptado a cada
pareja, que comienza con el entrenamiento
en las habilidades necesarias para mantener una conversación, se sigue con
las precisas para expresar deseos y
sentimientos y finalmente se entra en las específicas de resolución de problemas.
a) Entrenamiento en habilidades de comunicación
Aprender cómo hacer
preguntas, dar información gratuita adicional, escuchar, llevar una
conversación lo que implica: cambiar de tema, tomar la palabra, pasar la
palabra y cerrar la conversación; todo basado en un lenguaje específico en el
que los términos que se emplean se tienen que referir a elementos observables y
cuantificables, oportunos y convenientes, centrándose en una información
positiva, tanto verbal como no verbal (Costa y Serrat, 1982).
Enseñar la escucha activa, para la que hay que tener
en cuenta la postura y contacto visual, el tono adecuado, se tiene que animar
al otro a hablar utilizando gestos y tono adecuado, evitar juicios de valor y
utilizar de forma exhaustiva la empatía (Cáceres, 1996).
b) Incrementar las habilidades necesarias para la expresión de deseos y
sentimientos, tanto de agrado como de desagrado, para realizarlo
de tal manera que no se haga daño al otro y se sea constructivo.
Se enseña a manejar la ira de forma positiva, de
tal manera que se eliminen tanto los ciclos en los que la mujer da respuestas
hostiles mientras que el hombre se retira, como aquellos otros episodios de
violencia o ira que asaltan de forma inesperada. Se actúa así contra la crítica como medio de
solucionar nada, contra la actitud defensiva, practicando la
escucha y la expresión de sentimientos, para proceder contra el desprecio y la
falta de escucha.
c) Entrenamiento en resolución de problemas
Cuando se poseen las dos
habilidades anteriores, se afronta el entrenamiento en resolución de problemas
propiamente dicho.
El primer punto es construir la ocasión propicia y evitar
las discusiones en lugares y tiempos que no permiten la comunicación sosegada.
Después se trata de definir el problema comenzando por algo
positivo, siendo específico, expresando los sentimientos y admitiendo el
papel que se tiene en el problema. Todo de forma breve y dejando claro, en esta
fase de enunciado, que no se quiere solucionarlo sino solamente plantearlo.
Después es el momento de
centrarse en las soluciones pidiendo al otro el cambio de conducta que
resolvería el problema, recordando siempre que tiene que incluir reciprocidad y
compromiso y con consecuencias positivas para ambos junto con elementos de
seguimiento que recuerden el acuerdo alcanzado (Costa y Serrat, 1982).
Para cuando no se tiene la solución clara se
enseñan técnicas como la tormenta de
ideas en la que con una colaboración incondicional entre los dos se generan
posibilidades de solución sin sentido crítico y solo más tarde se evalúa su
posibilidad.
En la terapia cognitivo conductual; cuando intervienen
componentes cognitivos distorsionados, se trata detectar y reestructurar las atribuciones, expectativas, creencias
irracionales...; se procede a modificarlas,
eliminando atribuciones a motivos o intenciones ocultos, moderando o cambiando
las expectativas, los estándares aprendidos en las familias de origen o por
ideas preconcebidas, para adaptarlos a las posibilidades de la pareja, atacando
las ideas irracionales ... Las propias explicaciones y atribuciones que se dan
a los conflictos pueden ser también una fuente de ajuste o desajuste
matrimonial.
Las técnicas que se emplean son:
·
La reestructuración cognitiva
·
El diálogo socrático
·
La contrastación científica de hipótesis
El análisis
lógico se utiliza para poner las expectativas en su sitio. Para modificar las
suposiciones y los estándares se utiliza el diálogo socrático, en el que se
pregunta y se evalúan las consecuencias de vivir con esos estándares, tales
como “no se debe estar nunca enfadado con tu pareja”. Se enseña la habilidad de
utilizar de forma constructiva la metacomunicación para editar los pensamientos
y hacer que sea efectiva, modificando la forma en que se está hablando y evitar
seguir por los caminos de la emoción que llevan a la escalada de violencia.
Centro de
Psicología María Jesús Suárez Duque
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