El proceso de defusión cognitiva (Luoma y Hayes, 2003) se
refiere al proceso de hacer un cambio en el uso normal del lenguaje y las
cogniciones de tal manera que el proceso de pensamiento se hace más evidente y
las funciones de los productos de pensamientos se amplían.
Se anima a los pacientes a cambiar la relación con los
pensamientos y otras experiencias privadas y verlas como eventos mentales que
van y vienen. Es decir, ver a los pensamientos como pensamientos, las emociones
como emociones y los recuerdos como recuerdos.
Muchos pacientes interactúan con el medio como si estuvieran
fusionados con sus pensamientos y emociones de malestar, por ejemplo, si una
persona nota (piensa, capta...) que “mi ansiedad es una emoción, mi pensamiento
de que si voy al cine me pondré fatal es sólo un pensamiento, son nubes grises
que pasarán” probablemente podrá ir al cine a pesar de su malestar, continuando
así con su vida.
El proceso de defusión cognitiva incrementa la probabilidad
de aceptación, pues cambia la consideración de los eventos internos, a su vez,
la aceptación ayuda a desvincularse de ellos. Para movilizar este proceso se
suelen utilizar diferentes ejercicios, entre ellos, el de ver la nubes que
pasan, que consiste en ayudar al paciente a ver que sus pensamientos y
emociones de malestar son como las nubes grises del cielo, no son el cielo
aunque a veces lo cubran completamente durante días, y es mejor que las
contemple dejándolas pasar.
Referencia bibliográfica
Ruiz, M. A., Díaz, M. I., & Villalobos, A. (2012).
Manual de Técnicas de intervención cognitiva conductuales. Madrid:
Desclé De Brouwer.
María Jesús Suárez Duque
Psicóloga y educadora social
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