¿QUÉ ES LA COCAÍNA?
La
cocaína es un potente estimulante del SNC que provoca:
·
Sensación subjetiva de euforia
·
Inquietud
·
Aumenta la comunicación verbal
·
Incrementa el rendimiento mental
·
Frena la inhibición
El
efecto más evidente sobre la conducta es su incomparable capacidad de
recompensa o refuerzo positivo.
¿Cuál
es el mecanismo de acción de la cocaína?
Su
mecanismo de acción es por bloqueo de la recaptación presipnática en la
sinapsis noradrenérgicas, dopaminérgicas y en menor medida serotoninérgicas.
Su
potencialidad efectiva se relaciona con la transmisión dopaminérgica a través
de los receptores D1 y D2. Los lugares de acción de la
cocaína son:
·
El núcleo accumbens
·
La corteza prefrontal media
·
Núcleos caudado y putamen
·
Hipocampo
El
núcleo accumbens es el lugar crítico para muchos de los efectos
conductuales que desencadena. Su acción en los circuitos mesolímbicos y
mesocortical se relaciona con la euforia (Koob y Volkow, 2016).
Tolerancia
a la cocaína
Las hipótesis sobre
la neuroadaptación a cocaína se centran en el estudio de:
·
Depleción de los depósitos de dopamina
·
Hipersensibilidad de los receptores
post-sinápticos de dopamina y noradrenalina
·
Hipersensibilidad de los autorreceptores de
dopamina
·
Interaccíón con otros neurotransmisores como
serotonina, encefalinas o GABA
·
Degeneración tóxica de las neuronas
dopaminérgicas
Interviniendo
factores de transcripción y alteraciones en la expresión de determinados genes.
El
consumo crónico produce depleción de dopamina (disminuye su síntesis, lo que
reduce la disponibilidad de los receptores D1 y D2) y
otros neurotransmisores, de manera que se produce una disregulación que está en
la base biológica del crawing, lo que potencia la autoadministración en un
intento de mantener constante el grado de desensibilización (Koob y Volkow,
2016).
Intoxicación por cocaína
Puede producir a
nivel del SNC multitud de síntomas, fundamentalmente por acción sobre el sistema
dopaminérgico, entre los que se encuentran:
·
Elevación del estado de ánimo
·
Aumento de energía
·
Aumento del rendimiento
·
Disminución de la sensación de fatiga
·
Hiperactividad motora
·
Aumento de la fluidez verbal
·
Ansiedad e irritabilidad
·
Insomnio
·
Anorexia
·
Alteraciones en la percepción
·
Alteraciones en la capacidad crítica y
discriminativa
·
Reacciones paranoides
·
Conducta estereotipada
·
Anhedonia y disforia tras el cese de consumo
La intoxicación por
cocaína puede acompañarse de:
·
Taquicardia o bradicardia (ritmo cardíaco
lento)
·
Dilatación pupilar
·
Tensión arterial elevada o reducida
·
Sudoración o escalofríos
·
Náuseas o vómitos
·
Pérdida de peso
·
Agitación o retraso psicomotor
·
Debilidad muscular
·
Depresión respiratoria
·
Dolor toráxico o arritmias cardiacas
·
Confusión
·
Convulsiones
·
Discinesias
·
Distonías o coma
Las alteraciones
psíquicas y conductuales más comunes que precisan tratamiento son:
·
Cuadros con agitación psicomotora, con
agresividad, irritabilidad y síntomas periféricos de estimulación adrenérgica
·
Alteraciones sensoperceptivas que en altas dosis
o población vulnerable puede provocar el desarrollo de una psicosis paranoide
·
Cuadros maniformes
El
diagnóstico de intoxicación se hace ante un estado transitorio que aparece
durante o poco después del consumo de cocaína, y cursa con las alteraciones
comportamentales, cambios psicológicos o alteraciones del estado afectivo
clínicamente significativos ya señalados.
En el
tratamiento de la intoxicación por cocaína se recomienda priorizar el
tratamiento con benzodiacepinas y evitar en lo posible los antipsióticos.
El uso
de antipsicóticos tiene mayor riesgo de efectos extrapiramidales
(hipersensibilidad de receptores dopaminérgicos), aumentar el crawing y de
reducir el umbral convulsivo.
El uso de antipsicóticos se reserva para:
·
La presencia de sintomatología psicótica o
maniforme. En estos se recomienda la utilización de antipsicóticos atípicos,
excepto clozapina.
·
Importante agitación psicomotriz. A mayor componente
de agitación psicomotora existe mayor riesgo de rabdomiólisis (Es la
descomposición del tejido muscular que ocasiona la liberación de los contenidos
de las fibras musculares en la sangre. Estas sustancias son dañinas para el
riñón y con frecuencia causan daño renal). Su presencia obliga a medidas de hidratación
y alcalinización de la orina
Síndrome de abstinencia
El SA
de cocaína no es generalmente un cuadro grave y se desarrolla entre las 18
horas y los 7 días tras el cese o reducción del consumo prolongado e intenso de
cocaína. En el período inicial (6-12 horas) suele aparecer irritabilidad,
dificultad de concentración, disforia, anorexia y síntomas depresivos. En
fases posteriores (abstinencia retardada) puede cursar con anhedonia,
astenia, hiperfagia y aumento de la necesidad de consumo de cocaína.
El
diagnóstico de SA se realiza ante la presencia de síntomas característicos
(fatiga, sueños vividos o desagradables, insomnio o hipersomnia, aumento de
apetito, retraso motor o agitación) que se presentan ante el cese o reducción
del consumo, tras un so reiterado en dosis elevadas durante un tiempo
prolongado. Los síntomas deben provocar un malestar significativo o deterioro
en áreas importantes de funcionamiento (laboral, familiar o social).
El síndrome
de abstinencia de cocaína, en ausencia de complicaciones no suele precisar
tratamiento farmacológico específico, aunque frecuentemente es necesario tratar
sintomáticamente algunos síntomas como el insomnio, la ansiedad o el crawing.
Síntomas
psicóticos
El consumo
de cocaína puede producir síntomas psicóticos.
Según
el DSM-V, pueden aparecer durante o poco después del consumo (Intoxicación por
estimulantes con alteraciones en la percepción), o en el mes
posterior al consumo (Trastorno Psicótico Inducido).
La aparición
de síntomas psicóticos transitorios en forma de reacciones paranoides o alucinaciones
se conoce como Psicosis Inducida por Cocaína (PIC), cuadro que, siendo
frecuente, no siempre aparece. A diferencia de Trastorno Psicótico Inducido, en
la Psicosis Inducida por Cocaína el paciente es consciente de que tales
síntomas están relacionados con el consumo de la sustancia.
La psicosis
inducida es muy común en individuos dependientes de cocaína que buscan tratamiento.
Según resultados de estudios recientes, hasta un 53,8% de pacientes
dependientes de cocaína presentan síntomas psicóticos bajo la influencia de
esta sustancia (principalmente ideación paranoide y suspicacia), siendo más frecuente
en aquellos que consumen grandes dosis, con diagnósticos de trastorno de
personalidad y dependencia de cannabis a lo largo de sus vidas. La cantidad de
cocaína y el inicio precoz del consumo se relacionan positivamente con la aparición
de este cuadro, así como vías de administración fumada o intravenosa. Sin
embargo, el número de años de consumo de cocaína no parece correlacionarse con
su aparición (Roncero et al., 2013).
Comorbilidad y
consumo de cocaína
La cocaína
es la sustancia psicoactiva que con mayor frecuencia se asocia con trastornos mentales.
Según el estudio ECA, estos adictos presentan un riesgo 11 veces superior de
padecer un trastorno mental añadido frente a los no adictivos, presentando e l
5,7% de ellos algún tipo de psicopatología, a la vez que los sujetos con
trastornos mentales presentan un mayor riesgo de padecer una dependencia de
cocaína que aquellos que no sufren trastornos mentales (Regier et al, 1990).
Los trastornos
psiquiátricos agudos que han asociado al consumo de cocaína son muy variados,
incluyendo
·
Deterioro cognitivo
·
Alteraciones de motivación
·
Alteraciones de introspección
·
Desinhibición
·
Trastornos de atención
·
Inestabilidad emocional
·
Trastorno del control de impulsos
·
Agresividad
·
Trastornos depresivos y anhedonia
·
Trastornos de ansiedad
·
Trastornos de psicomotricidad
·
Psicosis cocaínica
El incremento
de transmisión dopaminérgica podría explicar los estados confusionales con agitación
psicomotriz, paranoia o psicosis. La depleción en las sinapsis dopaminérgicas y
en otras que provoca el uso crónico facilitaría los trastornos depresivos.
Al
finalizar la persistencia de la psicopatología desencadenada por la cocaína se
observa que la euforia, la agitación y la paranoia remiten rápidamente con un
período de abstinencia, existiendo dudas sobre su acción a largo plazo. Sin
embargo, algunos estudios en población general que consume cocaína no muestran elevados
niveles de psicopatología, a diferencia de los adictos a cocaína que demandan
tratamiento. Así, en la población general que consume cocaína se describen
alteraciones del sueño, síntomas de ansiedad y sintomatología referencial.
Influencia de la
dependencia de cocaína en la evolución de los trastornos psiquiátricos
Los pacientes
con trastorno por uso de cocaína y comorbilidad asociada, comparados con los
que tienen un solo diagnóstico, presentan generalmente (Martínez-Gras et al.,
2016):
·
Más problemas familiares, laborales y legales
·
Mayor frecuencia de conductas de violencia
·
Autolesiones
·
Infección por VIH
·
Suicidio y mortalidad temprana
·
Demanda tratamiento con mayor frecuencia
·
Cuentan con más reingresos
·
Realizan peor seguimiento ambulatorio tanto por
su consumo de cocaína como de otro trastorno psiquiátrico
La dependencia
de cocaína ocasiona un mayor número de ingresos psiquiátricos por causas
diferentes al consumo, así como de urgencias por complicaciones psiquiátricas.
La cocaína empeora el pronóstico de los trastornos afectivos, de la esquizofrenia,
del trastorno antisocial de personalidad, trastorno de ansiedad y trastorno por
déficit de atención, presentando todas estas patologías más trastornos de conducta.
La depresión
es un factor de riesgo para el consumo de cocaína en los adictos a opiáceos que
están en mantenimiento con metadona, presentando los adictos deprimidios peor
evolución y mayor número de hospitalizaciones.
Los individuos
con trastorno de ansiedad que consumen cocaína complican su cuadro. El consumo
de estimulantes y la abstinencia de depresores agravan el trastorno de pánico y
la agorafobia y los estimulantes agravan los síntomas del TOC.
Los pacientes
psicóticos que consumen cocaína, al igual que los que consumen otro tipo de
drogas, tienen peor calidad de vida, y más síntomas paranoides y conductas
auto-heteroagresivas que los no adictos y presentan una edad más joven de
inicio que los no consumidores.
Influencia de los
trastornos psiquiátricos en la evolución de la dependencia de cocaína
La presencia
de un trastorno psiquiátrico concomitante o de psicopatología sobreañadida a la
drogodependencia ocasiona una evolución peor de la adicción.
El mayor
riesgo de suicidio, la mayor dificultad para iniciar la abstinencia y la mayor
severidad de recaídas hacen que el manejo de la adicción sea mucho más complejo
que el de los pacientes con un solo diagnóstico.
Referencia
Ochoa, E., Molins, S., & Seijo, P. (s.f.). Guías
clínicas basadas en la evidencia científica: Comorbilidad psiquiátrica en
adicciones. Socidrogalacohol.
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