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psicologa vecindario DESCONFIANZA Y ABUSO


El sentimiento de abuso es una mezcla compleja de sentimientos más generales como el dolor, el miedo, la rabia y la pérdida. Los sentimientos son intensos y están a flor de piel.
Puedes tener estados de ánimo variables y, de repente, alterarte mucho y llorar o enrabiarte, lo que sorprende a los demás. Por ejemplo, tener explosiones de rabia hacia tu pareja o ponerte a llorar fácilmente.
Otras veces puedes parecer ido, como si estuvieras en otro lugar, denominado disociación. Las cosas te parecen irreales y estás emocionalmente insensibilizado. Es un aprendizaje que has desarrollado y, al mismo tiempo, un escape psicológico del abuso.
La vivencia que tienes de las relaciones humanas es dolorosa. Para ti, no son relajantes, sino peligrosas e impredecibles y, por ello, te sientes vulnerable. Las personas te hieren, te traicionan y te utilizan. Tienes que estar siempre en guardia. Para ti, es difícil confiar en las personas, incluso en las más cercanas. De hecho, es posible que ellos sean los únicos de quienes eres incapaz de confiar.
Asumes que las personas te quieren dañar en secreto. Cuando alguien hace algo agradable para ti, tu mente busca un motivo distinto porque siempre esperas que las personas te mientan o se aprovechen de ti.
La desconfianza y el abuso provocan un estado de hipervigilancia. Estás constantemente en guardia. La amenaza puede surgir en cualquier momento y sientes que debes estar alerta cuando la persona se presenta o te conoce. Entonces, observas y esperas.
Esta hipervigilancia puede dirigirse a todo el mundo o sólo a determinadas personas (p.ej. a los hombres o a las mujeres)
Es importante la forma en que se recuerda el abuso de la infancia. Puedes recordarlo todo y llegarte a obsesionar. En estos casos, determinadas acciones o situaciones reviven de nuevo el abuso. Por otro lado, puede que no tengas recuerdos claros del abuso y que te acuerdes de una manera muy vaga de épocas de tu infancia. Puede que no recuerdes nada directamente, pero que te aparezca de otras maneras: sueños o pesadillas, fantasías violentas, imágenes intrusivas, sentirse súbitamente alterado cuando algo te recuerda el abuso. Tu cuerpo se acuerda, incluso cuando tú no puedes (p. ej. sudores fríos...)
Hasta puedes tener flashbacks, es decir, recuerdos tan intensos que sientes como si el abuso se produjera de nuevo. Sin embargo, la forma más peligrosa de recordar es a través de las relaciones actuales, ya que se suele reproducir el abuso de la infancia.
La ansiedad y la depresión son comunes. Puedes sentir una intensa desesperación sobre tu vida, un sentimiento de inutilidad y tener una baja autoestima.


Centro de Psicología María Jesús Suárez Duque

C/ Tunte,6 Vecindario (Frente al Centro Comercial Atlántico, a la derecha de la oficina de correos)

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