DIFERENCIAS ENTRE EL AMOR ADICTIVO Y
EL AMOR SANO
Las personas no amamos con el corazón sino con el cerebro.
El amor completo es el que incluye:
·
Eros: pasión, deseo
·
Philia: amistad, comunicación
·
Ágape: ternura
El amor no llega de improviso apoderándose de nosotros,
también existe la voluntad de amar o de no amar. No sólo el amor nos “posee”,
también lo poseemos a él: nadie es víctima del amor sin su propio
consentimiento. Nuestra cultura ha hecho una apología al amor incondicional, el
cual parte de una idea altamente peligrosa: "Hagas lo que hagas te amaré
igual". Es decir, que a pesar de los engaños, los golpes, el desinterés
o el desprecio, si los hubiera, en nada cambiarían mi sentimiento. Más
allá de mi dignidad y a cualquier precio, hagas lo que hagas, te amaré per
sécula seculórum. Amor ilimitado, irrevocable y eterno.
¿A quién se le habrá ocurrido semejante estupidez?
Si el amor lo justificara todo, estaría por encima de los
derechos humanos, la justicia y la ética. El amor pasional, la manía, el
arrebato que nos transporta y apega es sólo una parte de la experiencia
afectiva.
Realmente, ¿nunca esperas nada a cambio de tu pareja, ni
siquiera una mínima retribución?
No seamos hipócritas. Si eres fiel, esperas fidelidad; si
das sexo, esperas sexo; y si das ternura, no esperas un golpe. El mito del amor
sin límites ha hecho que infinidad de personas establezcan relaciones
totalmente dañinas e irracionales, en las que se promulga el culto al
sacrificio y la abnegación sin fronteras. "Vivo para ti", "Mi
felicidad es tu felicidad": amor andrógino, dependencia feliz, adicción
bendita.
Basta mirar cualquier indicador sobre maltrato y relaciones
disfuncionales para darse cuenta de que los llamados "males del amor"
ya conforman un problema de salud pública. ¿Quién dijo que hay que soportarlo
todo o resignarnos a una vida insulsa y sin sentido, por amor? ¿De dónde
sacamos que para el amor no hay ley?
No sólo traspasa los límites racionales del amor quien
vulnera los principios de la persona supuestamente amada, sino quien acepta
sumisamente el desamor, la descalificación, el engaño o cualquier otra forma de
ofensa. Si nunca te indignas con tu pareja, pueden pasar dos cosas: o vives en
el autoengaño o estás viviendo con un santo o una santa, lo cual es igualmente
preocupante.
Reconocer que existen ciertos límites afectivos no implica
necesariamente dejar de amar, sino aceptar la posibilidad de modificar la
relación en un sentido positivo o simplemente alejarse y no estar en el lugar
equivocado, aunque duela la decisión (De ahí los beneficios de acudir a Terapia
de pareja antes de sobrepasar los límites de forma irreversible). Aun así,
algunas personas parecen tener una conexión directa entre el sistema límbico
(encargado de sentir) y el lóbulo prefrontal (encargado de pensar), y en tal
sentido son capaces de dejar de amar si no se sienten amadas.
Si crees que el amor lo justifica todo y que amar es tu
principal fuente de realización, el amor se convertirá en una obsesión y no
serás capaz de renunciar al afecto o a tu pareja cuando debas hacerlo. La
máxima es como sigue, así el miedo y el apego te bloqueen la mente y
ablanden tu corazón: no importa cuánto te amen, sino cómo lo hagan.
El buen amor es un
problema de calidad total. Cuando estás en una relación en la que no te aman
como quisieras o no te respetan, pero sigues allí aferrada o aferrado pese a
todo, esperando el milagro de una resurrección imposible, pasaste los límites
del amor razonable e inteligente. Existe un punto donde la línea de lo no
negociable se desdibuja y perdemos el norte. No necesitas "amar el amor
sobre todas las cosas" para vivir en pareja hay límites a partir de los
cuales el amor se transforma en enfermedad o adicción. Para amar no debes
renunciar a lo que eres. Un amor maduro integra el amor por el otro con el
amor propio, sin conflicto de intereses: "Te quiero, porque me quiero a mí
mismo, porque no me odio". Y si amarte implica aniquilar mi autoestima,
prefiero la compañía de mi vieja amiga, la soledad.
¿Hasta dónde debemos amar?
El límite lo define
tu integridad, tu dignidad, tu felicidad. El límite de lo aceptable se traspasa
cuando tu vocación y anhelos pasan a un segundo plano, cuando la vida comienza
a convertirse en algo tan predecible como inseguro, cuando el "ser para el
otro" te impide el "ser para ti". Si te pasaste de la raya y
estás en el lado oscuro del amor, es probable que quieras regresar a lo que
eras antes, a la tranquilidad de aquella soledad bien llevada. Cuando
establecemos las condiciones de un amor de pareja saludable, definimos una
zona, una demarcación realista más que romántica, a partir de la cual una
relación debe terminarse o transformarse, así el sentimiento amoroso exista.
Pasar los límites de lo razonable no implica que el afecto tenga que disminuir
necesariamente, sino que, a partir de ese punto, el amor por sí solo no
justifica ni valida el vínculo afectivo debido a los costos psicológicos,
morales, físicos y/o sociales.
En una relación de pareja constructiva, lo que en verdad
interesa es la conveniencia/congruencia interpersonal, es decir, qué tanto la
persona que amas le viene bien a tu vida y qué tanto concuerda con tus metas,
intereses y necesidades, e igual para el otro lado. A partir de ciertos límites
(cuando no te aman, cuando se ve afectada tu autorrealización o cuando vulneran
tus principios) el amor propio y el autorespeto comienzan a trastabillar y la
dignidad personal pierde su potencia, así el amor insista y persista. Adoración
importante: Si en verdad, tal como dicen algunos filósofos, el amor
"verdadero" no tiene límites intrínsecos, pues, en las relaciones de
carne y hueso habrá que ponérselos.
Es cierto que a veces no tenemos el poder de desenamorarnos
a voluntad, pero sí podemos dejar de magnificar el amor y alejarnos de una
relación afectiva destructiva, así sea con esfuerzo y dolor. Se trata de
disponer de autocontrol: Dejar el alcohol gustándome el alcohol; dejar la
droga, gustándome la droga. Y en una relación afectiva malsana y destructiva,
decir: Te amo, pero te dejo".
¿Cuándo pierde el amor su sentido vital?
Al menos, en tres situaciones:
1.
Cuando no te quieren
2.
Cuando tu realización personal se ve
obstaculizada
3.
Cuando se vulneran tus principios.
Dicho de otra forma: estaré a tu lado siempre y cuando me
sienta amada o amado, pueda llevar adelante mis proyectos de vida y no vulneres
mis principios y valores. De no ser así, el amor y la pareja deberán entrar
en cuarentena.
Centro de
Psicología María Jesús Suárez Duque
C/ Tunte,6
Vecindario (Frente al Centro Comercial Atlántico, a la derecha de la oficina de
correos)
Pedir cita:
630723090
https://www.psicologavecindariomariajesus.es/
Comentarios
Publicar un comentario