Casi la mitad de los pacientes tienen la imperfección como
una de sus principales trampas vitales. Sin embargo, estos pacientes
aparentemente parecen muy distintos. Cada uno afronta los sentimientos de
vergüenza de distinta manera. Algunos tienen falta de confianza y se muestran inseguros (rendirse).
Otros parecen normales (escapar). Y algunos parecen tan perfectos que nunca creerías que tienen esta trampa
vital (contraatacar).
Un ejemplo de una
persona que se rinde a su sentimiento de imperfección:
·
Está en contacto con el sentimiento de ser inherentemente imperfecta
·
Siente
que hay algo en ella (algún secreto) que, si fuera conocido, le haría
completamente inaceptable. No puede decir qué secreto es, se
refiere a lo que es ella, su esencia. Desde su perspectiva, lo mejor que puede
hacer es esconderlo e intentar posponer al máximo el momento inevitable en que
alguien próximo lo descubriera.
·
Puede tener la fuerte convicción de que nadie puede preocuparse de ella.
Continuamente minimiza los datos objetivos de que gusta a las personas y que
quieren estar con ella.
·
También magnifica
los datos objetivos de que no gusta a las personas y que la rechazan,
incluso con el terapeuta puede intentar desformar lo que le decimos, ya que
supone que no nos preocupamos por ella (p.ej. al comunicarle adelantar media
hora la sesión siguiente o cambiarle el día).
·
Se
autocastiga diciendo “no soy buena”, “soy idiota”, “soy inútil”, “no valgo
nada”, “no tengo nada que ofrecer”. Al principio de la terapia
los pensamientos pueden ser en relación de rebajarse a sí misma. E incluso
puede haber momentos en la terapia en que la autocrítica evolucione hacia la autoagresión. En esos momentos, se ve a sí misma como “una loca, una
persona repugnante”.
·
La imperfección puede hacerle sentir demasiado vulnerable en las relaciones. Así que
las demás personas tienen mucho poder para hacerle daño.
Un ejemplo de imperfección caracterizada por sentirse
invulnerable
·
Nadie
le puede tocar. Desarrolla un estilo de afrontamiento de
contraataque tan efectivo que la mayoría de las personas nunca lo sospecharían.
De hecho, él mismo no es consciente de sus propios sentimientos internos de
vergüenza.
·
Se trata de un ejemplo de narcisista frágil. Un narcisista es alguien a quien le falta empatía, culpa a los demás de sus
problemas y tiene un sentimiento muy intenso de ser importante y especial.
Han desarrollado el narcisismo para luchar contra los sentimientos subyacentes
de que nadie los querrán o les respetarán nunca. Es como si estuvieran diciendo
al mundo: “seré tan exigente, me comportaré con tanta superioridad y me volveré
tan especial que nunca te atreverás a pasar de mí o a criticarme otra vez. Este
sería un ejemplo de contraataque
·
Los narcisistas se agarran a su egocentrismo a
pesar de todas las consecuencias. Aunque vean como su matrimonio con la mujer
que quieren con locura se desintegra, es incapaz de admitir que tiene
problemas. Prefiere perderlo todo que
arriesgarse a sentirse vulnerable. Con frecuencia hasta que no se estrellan
contra un muro, nunca se plantean cambiar. La amenaza del abandono a veces
motiva a los narcisistas a cambiar.
Se trata de ejemplos de diferentes tipos de afrontamiento
de la imperfección. En la invulnerabilidad contraataca los sentimientos de
vergüenza subyacentes mediante el narcisismo, mientras que en el sentimiento de
imperfección se rinde a su sentimiento de inutilidad. Uno rechaza y otro es
víctima de su rechazo, ambos vivieron el drama de original del rechazo que
tuvieron de sus padres.
Si tienes la imperfección como trampa vital, probablemente
te encuentres entre alguno de los dos extremos representados. Quizá te permitas
ser bastante vulnerable en algunas áreas, pero no en otras. Algunos pacientes
vienen con voluntad de hablar de sus vidas, pero cuando aparecen ciertos temas,
los esquivan, ya que les hacen sentir vergüenza o inutilidad.
Es relativamente inusual que los pacientes reconozcan que
se sienten inútiles. La mayoría enmascaran o evitan esos sentimientos de alguna
forma porque es muy doloroso odiarse a uno mismo y la vergüenza conectada con
esta trampa vital. Sin darse cuenta, las personas se esfuerzan para continuar
omitiendo estos sentimientos de vergüenza. Vienen a terapia quejándose de otras
cosas, de problemas en sus relaciones o de depresión.
Puedes sentir desde hace mucho tiempo una leve infelicidad,
sin ser capaz de explicar por qué. No te das cuenta de que tu tristeza es el
resultado de la visión negativa que tienes de ti. El hecho de sentirte
deprimido se debe en gran medida a que sientes que no mereces la pena.
Probablemente has estado deprimido toda tu vida; una pequeña tristeza está
escondida en tu interior.
Si escapar es tu estilo principal para afrontar, puedes
tener adicciones o compulsiones para insensibilizarte a los dolorosos
sentimientos de inutilidad. Puedes beber, tomar drogas, trabajar en exceso o
comer compulsivamente.
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