TRASTORNO FONOLÓGICO
Se define como la dificultad
para articular uno o más sonidos, tanto de forma aislada como en palabras.
Ante esta dificultad el niño pone en marcha distintos procesos fonológicos que
consisten en la omisión, distorsión o sustitución del fonema.
Las dificultades articulatorias no han de considerarse
hasta la edad en la que, al menos, el 90% de los niños articula de forma
correcta esos fonemas.
Características
diagnósticas (DSM-V)
Criterios diagnósticos
A. Dificultad
persistente en la producción fonológica que interfiere con la
inteligibilidad del habla o impide la comunicación verbal de mensajes
B. La
alteración causa limitaciones en la comunicación eficaz que interfiere con la
participación social, los logros académicos o el desempeño laboral, de forma
individual o en cualquier combinación.
C. El
inicio de los síntomas se produce en las primeras fases del período de
desarrollo
D. Las
dificultades no se pueden atribuir a afecciones congénitas o adquiridas, como
parálisis cerebral, paladar hendido, hipoacusia, traumatismo cerebral u otras
afecciones médicas o neurológicas.
Características diagnósticas
La producción fonológica
requiere tanto el conocimiento fonológico de los sonidos del habla como la
habilidad de coordinar los movimientos de los articuladores (mandíbula, lengua
y labios) con la respiración y la vocalización del habla. Los niños con
dificultades para la producción fonológica pueden presentar problemas de
diferentes grados en el conocimiento fonológico de los sonidos hablados o en la
habilidad para coordinar los movimientos del habla.
El trastorno fonológico es,
por tanto, heterogéneo en sus mecanismos subyacentes e incluye el trastorno fonológico y el trastorno de articulación.
El trastorno fonológico se diagnostica
cuando la producción de los sonidos del habla no es la que se esperaría de un
niño para su edad y etapa del desarrollo, y cuando las deficiencias no son el
resultado de una alteración física, estructural, neurológica o auditiva. En los
niños de 4 años con desarrollo normal, el habla general debería ser
inteligible, mientras que a los 2 años sólo es comprensible el 50%.
Características
asociadas que apoyan el diagnóstico
·
El trastorno del lenguaje, en particular las
deficiencias expresivas, pueden concurrir con el trastorno fonológico.
·
A menudo están presentes antecedentes
familiares de trastornos del habla o del lenguaje.
·
Si la capacidad de coordinar rápidamente los
articuladores está claramente mermada, puede haber antecedentes de retraso o de
incoordinación en la adquisición de las habilidades que también utilizan los
articuladores y la musculatura facial relacionada; entre otras, estas
habilidades incluyen masticar, mantener la boca cerrada y sonarse la nariz.
·
Pueden estar alteradas otras áreas de
coordinación motora, como el trastorno del desarrollo de la coordinación.
·
Dispraxia verbal es un
término que también se utiliza para los problemas de la producción del habla.
·
El habla puede estar alterada de forma
diferente en ciertas afecciones genéticas, por ejemplo: síndrome de Down, la
deleción del 22q, la mutación del gen FoxP2. Si se presentan, se deberían
codificar también.
El Trastorno
Fonológico puede manifestarse en distintos subtipos (Dobb, 1995):
1) Trastorno articulatorio (también denominado Dislalia o Trastorno fonético).
Incapacidad
para pronunciar algunos fonemas (que comparten determinados
rasgos fonológicos) en una prueba de repetición de sílabas. Sin embargo, aunque
es incapaz de articularlos puede discriminarlos y reconocerlos, y los
diferencia claramente de aquellos por los que los sustituye. Los procesos
fonológicos que utiliza el niño se observan de forma constante cuando aparecen
estos fonemas.
2) Retraso
fonológico (denominado
también inmadurez articulatoria y Retraso de habla)
El niño adquiere los procesos fonológicos siguiendo las
pautas típicas, pero con un desfase cronológico.
Suele considerarse que el desfase de doce meses constituye
el punto crítico para establecer la existencia de retraso.
3)
Trastorno desviante-consistente
Se caracteriza porque los procesos fonológicos están muy
retrasados, con desfases cronológicos superiores a los doce meses, y son muy
diferentes a los que aparecen en el desarrollo típico (por ej., procesos de
sustitución de consonantes laterales por vibrantes “lata” por rata).
Estas alteraciones se observan de forma consistente en
diferentes situaciones y contextos de habla.
4)
Trastorno inconsistente.
Se caracteriza por la existencia de procesos fonológicos
desviantes y por la inconsistencia de la articulación.
En los niños que presentan este trastorno se observa una
enorme variabilidad en la manera de articular los mismos sonidos en el mismo
periodo temporal.
En las pruebas se evalúa si una misma palabra se pronuncia
de la misma manera (correcta o incorrectamente) o no.
El conocimiento del subtipo de Trastorno fonológico que
puede presentar un niño es un aspecto fundamental para poder establecer el
riesgo que tiene de presentar dificultades en el aprendizaje de la
lecto-escritura (Cervera y Ygual, 2001). En este sentido los chicos en los que
se observan procesos fonológicos desviantes tienen un mayor riesgo de presentar
dificultades que aquellos en los que se observan procesos fonológicos se
caracterizan por el retraso.
Bibliografía
Association, A. P. (2014). Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales. España: Editorial Médica
Panamericana.
Brioso, A. (2012). Alteraciones del desarrollo y
discapacidad. Madrid: Sanz y Torres.
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