Alterar la memoria procedimental
Grigsby
y Stevens sugieren que alterar lo que se ha aprendido implícitamente,
procedimentalmente, es más eficaz de cara a modificar los estilos
disfuncionales que el hecho de hablar de qué fue lo que pasó originalmente.
Para que se produzca un cambio, es preciso “alterar” el aprendizaje
procedimental y en especial las tendencias corporales. Acciones nuevas
deben reemplazar a las antiguas. (A este respecto, las cogniciones son útiles
para motivar a emprender otras acciones diferentes).
Grigsby
y Stevens describen dos formas de abordar el aprendizaje procedimental en terapia:
1)
Observar,
en lugar de interpretar,
lo que tiene lugar, y llamar repetidamente la atención sobre ello. Esto en sí mismo tiende a alterar el
automatismo con el que se expresa habitualmente el aprendizaje procedimental.
2)
Emprender
actividades que alteren directamente lo que se ha aprendiendo
procedimentalmente”
(2000, p. 325).
En lugar de
concentrarse principalmente en el desarrollo de la narrativa, la psicoterapia
sensoriomotriz facilita la exposición gradual a los componentes
implícitos, accesibles situacionalmente, de la memoria, poniendo el acento
principal en el procesamiento sensoriomotriz.
Allí donde
sea apropiado, la memoria narrativa se utiliza para estimular los
recuerdos guardados implícitamente, como cuando se les pregunta a los
pacientes qué sucede a nivel de su experiencia interna y de sus movimientos
corporales cuando hablan del trauma. Al llevar a la conciencia y estudiar,
tanto por separado como conjuntamente, los pensamientos, emociones,
sensaciones, percepciones y acciones asociadas a los recuerdos, se
altera lo aprendido procedimentalmente.
Bibliografía
Ogden, P., Minton, K., & Pain, C. (2009). El
trauma y el cuerpo. Un modelo sensoriomotriz de terapia. Bilbao: Desclée de
Brouwer.
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