Estilos de respuesta
1. El estilo pasivo
El individuo pasivo se sitúa en un plano más bajo, concede más valor a las opiniones de los demás, y así siempre disculpa los errores ajenos.
· Ventajas: El individuo se suele hacer querer por los demás, cae simpático, se cuenta con él para todo y raramente se siente rechazado.
· Inconvenientes: Los demás se aprovechan del “blando”, termina sintiéndose explotado y acumulando resentimiento.
Una conducta pasiva es aquella en la que sentimos que se han transgredido de algún modo los propios derechos y no somos capaces de expresar abiertamente nuestros sentimientos, pensamientos y opiniones, o al expresarlos lo hacemos de una manera autoderrotista, con disculpas y con falta de confianza, de tal modo que los demás no nos suelen hacer caso.
La no aserción por pasividad muestra una falta de respeto hacia las propias necesidades. En un inicio tomamos este camino para apaciguar a los demás y el evitar conflictos a toda costa, pero a la larga lo que causa es sensación de perder identidad, resentimiento hacia uno mismo y hacia los demás, y decepción. Comportarse de este modo en una situación puede dar como resultado una serie de consecuencias no deseables tanto para la persona que está comportándose de manera no asertiva como para la persona con la que está interactuando. La probabilidad de que la persona no asertiva satisfaga sus necesidades o de que sean entendidas sus opiniones se encuentra sustancialmente reducida debido a la falta de comunicación o a la comunicación indirecta o incompleta.
La persona que actúa así se puede sentir a menudo incomprendida, no tomada en cuenta y manipulada. Además, puede sentirse molesta respecto al resultado de la situación o volverse hostil o irritable hacia las otras personas. Después de varias situaciones en las que un individuo ha sido no asertivo, es probable que termine por estallar. Hay un límite respecto a la cantidad de frustración que un individuo puede almacenar dentro de sí mismo. El que recibe la conducta no asertiva puede experimentar también una variedad de consecuencias desfavorables; tener que inferir constantemente lo que está realmente diciendo la otra persona o tener que leer los pensamientos de la otra persona es una tarea difícil y abrumadora que puede dar lugar a sentimientos de frustración, molestia o incluso ira hacia la persona que se está comportando de forma no asertiva.
Creencias que favorecen el comportamiento pasivo:
1. Comportarse de forma asertiva, intentando defender mis derechos e intereses personales, es negativo. Si me comporto de esta forma, las otras personas se sentirán molestas y dejarán de apreciarme y considerarme su amigo/a.
2. Yo no merezco el respeto de…, porque él (o ella) es, y yo soy…
3. Yo no tengo derecho a pedirle ayuda a… No puedo negarle mi ayuda a…, por mucho que me cueste ayudarle.
4. Yo no tengo derecho a sentirme triste, enfadado, asustado, etc., y mucho menos decírselo a …
5. Yo no tengo ningún derecho a opinar sobre… Sólo lo tiene/n porque son …
6. No puedo equivocarme ni en comportamiento ni en opinión.
2. El estilo agresivo
Para la persona agresiva, su preocupación principal es mantener en todo momento el control absoluto de la situación; teme ser arrollado por otras personas, lo cual lo lleva a estar siempre a la defensiva y preparado para el ataque. Poca gente, se atreve a intentar pisarlo, pero lo malo es que tampoco nadie quiere tener cerca al agresivo y todos tienden a alejarse de él.
La conducta agresiva es la que nos lleva a defender los derechos personales y a expresar nuestros pensamientos, sentimientos y opiniones de una manera inapropiada, generalmente explosiva, y transgrede en la mayoría de casos los derechos de las otras personas.
La conducta agresiva en una situación puede expresarse de manera directa o indirecta. La agresión verbal directa incluye ofensas verbales, insultos, amenazas y comentarios hostiles o humillantes. El componente no verbal puede incluir gestos hostiles o amenazantes, como esgrimir el puño o las miradas intensas e incluso los ataques físicos. La agresión verbal indirecta incluye comentarios sarcásticos y rencorosos y murmuraciones maliciosas. Las conductas no verbales agresivas incluyen gestos físicos realizados mientras la atención de la otra persona se dirige hacia otro lugar o actos físicos dirigidos hacia otras personas u objetos.
Las víctimas de las personas agresivas acaban, más tarde o más temprano, por sentir resentimiento y por evitarlas. El objetivo habitual de la agresión es la dominación de las otras personas. La victoria se asegura por medio de la humillación y la degradación. Se trata en último término de que los demás se hagan más débiles y menos capaces de expresar y defender sus derechos y necesidades. La conducta agresiva es reflejo a menudo de una conducta ambiciosa, que intenta conseguir los objetivos a cualquier precio, incluso si eso supone transgredir las normas éticas y vulnerar los derechos de los demás. La conducta agresiva puede traer como resultado a corto plazo consecuencias favorables, como una expresión emocional satisfactoria, un sentimiento de poder y la consecución de los objetivos deseados. No obstante, pueden surgir sentimientos de culpa, una enérgica contraagresión directa en forma de un ataque verbal o físico por parte de los demás o una contraagresión indirecta bajo la forma de una réplica sarcástica o de una mirada desafiante. Las consecuencias a largo plazo de este tipo de conductas son siempre negativas.
Creencias que favorecen el comportamiento agresivo:
1. Sólo yo tengo derecho a intentar conseguir mis objetivos y a defender mis derechos.
2. Sólo yo merezco ser respetado (en esta circunstancia, aquí, etc.) porque yo soy... y los demás son.. (o no son...), y, por tanto, no merecen mi respeto.
3. Sólo yo tengo derecho a pedirle ayuda y los demás no pueden negarse. Sólo yo puedo negarme a prestar ayuda.
4. Sólo yo tengo derecho a sentirme… y a decírselo a … cómo se sientan ellos/ellas es su problema, a mí no me importa en absoluto.
5. Sólo yo tengo derecho a opinar sobre… los demás no lo tienen porque…
6. Sólo yo puedo equivocarme, y no me importan las consecuencias que tengan mis actos u opiniones; para algo soy el/la…
3. El estilo asertivo
La conducta asertiva implica unas relaciones con otras personas, siendo conscientes de nuestros propios derechos e intereses personales y defendiéndolos de manera objetiva, racional y respetuosa con las demás personas y sus respectivos derechos.
Ventajas:
· Nos sentimos mejor, libres de la angustia que implica vivir controlados continuamente por los demás.
· Somos mejor aceptados en los grupos a los que pertenecemos; más respetados y aumenta la propia autoestima, con lo que nos sentimos mucho mejor con nosotros mismos.
Inconvenientes: Los demás tal vez no aprueben nuestro comportamiento asertivo, sobre todo si este implica rechazar alguna de sus peticiones.
Es preciso aclarar que no existe nadie en estado químicamente puro; que nadie es totalmente pasivo, o totalmente agresivo o asertivo, va a depender mucho de la situación.
ATENCIÓN PSICOLÓGICA A NIÑOS, ADOLESCENTES, ADULTOS Y MAYORES
ONLINE Y PRESENCIAL
- Psicóloga infantil y adolescentes
- Psicóloga adultos y mayores
- Atención psicológica individual
- Terapia de pareja
- Terapia familiar
- Mediación
- Psicóloga educativa
Atención psicológica en problemas de:
- Apego
- Autocontrol
- Agresión
- Autoestima
- Autoconcepto
- Acoso moral
- Habilidades sociales
- Incomunicación
- Miedos y fobias
- Indecisión
- Inseguridad
- Timidez
- Exclusión social
- Sobreprotección
Atención psicológica en:
- Trastornos de ansiedad
- Trastornos depresivos
- Trastorno de la conducta alimentaria
- Trastornos disociativos
- Trastornos somáticos
- Trastornos obsesivos compulsivos y relacionados
- Trastornos de estrés postraumático TEPT
- Trastorno relacionados con traumas y factores de estrés
- Trastornos de personalidad
- Trastornos de la excreción
- Trastornos del sueño-vigilia
- Disforia de género
- Trastornos disruptivos del control de impulso y de la conducta
- Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos
- Trastornos del neurodesarrollo
- Trastornos sexuales
- Trastornos parafílicos
- Trastorno bipolar
- Trastorno de dolor crónico
Atención psicológica en otros trastornos:
- Trastorno de duelo complejo persistente
- Síndrome de psicosis atenuado
- Episodios depresivos con hipomanía de corta duración
- Trastorno neurocomportamental asociado con la exposición prenatal al alcohol
- Trastorno de comportamiento suicida
- Autolesión no suicida
- Trastorno de dolor crónico: Fibromialgia
- Trastorno de dependencia emocional
- Altas capacidades
- Dificultades de aprendizaje
Precio 60 euros
Duración 1 hora
Pedir cita:
- Por teléfono, WhatsApp o Telegram 630723090
- Reservar online
Consultas
- Online
- Presencial
Centro de Psicología María Jesús Suárez Duque
C/ Tunte,6 Vecindario (Frente al Centro Comercial Atlántico, a la derecha de la oficina de correos)
Pedir cita: 630723090
Comentarios
Publicar un comentario