La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) se define como
una forma de psicoterapia experiencial,
conductual y cognitiva basada en la Teoría de los Marcos Relacionales,
teoría del lenguaje y de la cognición humana que se encuadra dentro del
conductismo radical, y que considera las cogniciones como conductas y, como
tales, sujetas a las mismas leyes que cualquier otro comportamiento.
La ACT se estructura
en torno a dos conceptos centrales:
1)
Evitación experiencial,
que en muchas ocasiones da cuenta del mantenimiento de los trastornos y, por
tanto, del sufrimiento humano
2)
Los valores
personales, entendidos como guías de actuación para caminar en la
dirección de la realización personal.
Estos conceptos
se articulan en una serie de premisas que afectan a su forma de intervención:
1.
El problema del cliente no es tener pensamientos
o sentimientos que se valoran negativamente, sino el modo en que la persona reacciona ante ellos. De acuerdo con
esto, los pensamientos, recuerdos, emociones o sentimientos son considerados
comportamientos que dependen del contexto actual e histórico y son normales,
entendiendo como normales las reacciones que se han conformado a lo largo de la
historia de la persona, constituyen su repertorio y que dadas ciertas
circunstancias se hacen presentes.
2.
La pretensión
de no sufrir o tener que estar bien para poder vivir no se ajusta a la realidad
que la vida ofrece. ACT considera el malestar psicológico como parte
consustancial de la vida, por tanto, tener una actitud de evitación
experiencial es una elección restrictiva que puede resultar destructiva (Wilson
y Luciano, 2002)
3.
El concepto de salud psicológica se entiende
como el desarrollo y mantenimiento de patrones de comportamiento valiosos en
las diferentes áreas importantes de la vida de una persona.
4.
ACT considera que los pacientes pretenden que la
terapia les ayude a resolver sus problemas dentro de la dirección o camino
infructuoso que ellos han intentado, será necesario enseñarles que ese camino
es inútil e improductivo y será preciso cambiar de planes.
5.
Los problemas psicológicos no vienen dados por
la presencia de ciertos contenidos psicológicos perturbadores, sino por el papel protagonista que adquieren estos
contenidos en cuanto al control del comportamiento, dirigiendo las
elecciones de la persona quien relega a un segundo plano sus valores
fundamentales.
6.
ACT tiene en cuenta el papel del terapeuta y el
propio proceso de éste, que no es tan distinto del de el paciente, y pone un
énfasis especial en el contexto terapéutico donde se define el rol del
terapeuta no como el especialista que sabe todo, sino como el que acompaña,
ayuda y cuida al paciente en su camino personal hacia la realización de su
vida.
Para explicar la fundamentación teórica y filosófica de ACT
se utiliza la metáfora del edificio. ACT puede considerarse como un edificio de
tres plantas, en la última planta se encontraría el desarrollo específico de ACT como terapia, una planta más abajo estaría ocupada
por la Teoría de los Marcos
Relacionales, la planta baja del edificio estaría ocupada por el análisis conductual aplicado y su análisis funcional que
proporciona el entramado para la formulación de los casos, mientras que los
cimientos del edificio están constituidos por el paradigma del contextualismo funcional.
1.
El contextualismo
funcional aporta a ACT los objetivos
de predicción e influencia sobre la conducta utilizando los principios y
metodologías con base empírica.
2. El
análisis conductual aplicado permite obtener datos concretos de variables
contextuales que deben ser modificadas.
3.
La Teoría de los Marcos
Relacionales proporciona las herramientas
conceptuales y empíricas para llevar a cabo el análisis experimental del
contexto verbal, donde tiene lugar la mayor parte de las relaciones y transacciones
que afectan a la conducta.
4.
En la planta de ACT tomando como base lo anterior, se lleva a cabo un proceso específico de predicción e
influencia sobre la conducta para ayudar a los seres humanos a desarrollar
vidas plenas y valiosas.
Referencia bibliográfica
Ruiz, M. A., Díaz, M. I., & Villalobos, A. (2012).
Manual de Técnicas de intervención cognitiva conductuales. Madrid:
Desclé De Brouwer.
María Jesús Suárez Duque
Psicóloga y educadora social
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